miércoles, 27 de octubre de 2010

Buscandole la quinta pata al PATO.

F: Mira, libros de psicoanálisis! me encanta este tipo de libros.

T: A mí me cargan.

F: Ah... pero si a mí me encanta que a alguien le carguen cosas que a mí me gustan!! significa que todos tenemos distintas opiniones sobre las cosas.

T: En serio? A mí eso me carga.





F.

sábado, 23 de octubre de 2010

Palabrería loca

Pan
sótano
chancletas
romper
solo
perro

Las palabras que más se repitieron cuando tomé un lápiz y un papel, y sólo escribí sin pensar más de cien. Estas fueron las más repetidas luego de ese experimento. Deben estar repetidas por algo, digo yo. Tal vez en esa época esas palabras estaban en mi subconsciente por alguna cosa que me pasó.

O quizá en otra vida fui un perro al que dejaban solo en el sótano comiéndose un pan añejo, y mordiendo unas viejas chancletas hasta romperlas.

qué se yo

miércoles, 20 de octubre de 2010

La prófuga.

Debo confesar que soy una prófuga. Que me he puesto muy huidiza últimamente. Que huyo de mí y de mi realidad porque no comprendo ni lo uno ni lo otro. Debe ser porque cuando mis emociones más profundas se manifiestan -y no es que lo hagan tan seguido- me cuesta trabajo manejarlas. Huyo no por miedo, no por sensatez, no por timidez ni porque tenga complejo de villana. Huyo porque es un respiro, a tanta confusión e idea loca que me nace en la cabeza.

La última vez que fui a mi casa, prometí no volver en mucho tiempo. Estaba huyendo. Ahora lo pienso y creo que ha sido la determinación más idiota y masoquista que podría tomar. ¡dejar de ir para no sufrir! qué idiota. Cuando pensé en eso sólo huía. Está bien, nadie discute que cada regreso a santiago está cargado de melancolía, incluso me vengo escuchando en mi mp4 las canciones más tristes que encuentre, y eso que casi toda mi música es triste... Además es innegable que cada vez que tengo que dejar mi casa para volver a santiago hay un desprendimiento nuevo. cada vez. Todo eso es cierto, uno no se va así como así de su casa. Cada viaje es un proceso, pero eso no implica que me esté poniendo tan cobarde. No implica que tenga que huir. ¿huir de esto? Es la realidad que tengo, de hecho yo misma elegí estudiar esta carrera y en esta ciudad. Y fue por algo. Pero eso se me olvida a veces. Ahora me acordé y no pienso seguir huyendo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Guau guau.

A veces, cuando no quiero decir ninguna cosa, sólo me dan ganas de ladrar como un perro.

jueves, 14 de octubre de 2010

Sueños bizarros


Uno. Soñé que le decía a un tío mío que odiaba que tratara tan mal a sus esclavos. Le propuse una carrera corriendo a un muelle que estaba más allá, a ver si me daba la razón y se convertía en hombre de bien, o lo convencía de liberarlos. Era de noche y él andaba sólo en bóxers y sus delgadas piernecitas largas por un momento me hicieron pensar que se quebrarían. Mientras corríamos él se iba haciendo más viejo e iba anocheciendo cada vez más, hasta que él llego primero a la orilla del muelle y desperté.

Dos.(sueño repetitivo) Soñé que iba a un hospital y visitaba muchos bebés recién nacidos. Llegué a una pieza donde encontré a una señora con una bebé de dos días. Le pedí que me dejara tomarla en brazos, y cuando le vi la cara supe que me tenía en brazos a mi misma. La señora no se dio cuenta, sólo yo lo sabía. De inmediato sentí mucha aprensión y me dieron ganas de llevármela, como si esa guagua me perteneciera. Después de todo era yo misma! Pero no podía, nadie lo entendería. Así que le di a la señora toda clase de indicaciones para cuidarla, y ella sólo agradeció extrañada mi excesiva preocupación. Después de eso me fui del lugar.

Tres. Soñé que estaba con una amiga sentadas en sillas de playa sobre el techo de una casa esperando que pasara algo importante. Me sentía algo nerviosa, y de repente oímos un ruido ensordecedor a lo lejos, y vimos una luz que hacía explosión en el centro de la ciudad. Una bomba atómica acababa de estallar y se expandió hacia todos lados haciendo desaparecer todo en menos de un segundo. Vi en cámara lenta cómo carbonizaba todo a su paso. Cuando llegó donde estaba yo, vi como la bomba tocaba a mi amiga, quedando en los huesos y luego carbonizándola, mientras hacía lo mismo conmigo sin sentir ningún dolor. Despertamos al instante en una sala blanca y sólo me dolían un poco los ojos por la luz.

miércoles, 13 de octubre de 2010

¡Qué blog más autorreferente!
Lo siento, pero a veces sólo se puede hablar con certeza desde uno mismo para afuera.

martes, 12 de octubre de 2010

No tengo idea.

Nunca he estado convencida de nada. Nisiquiera puedo asegurar que me llamo Fernanda, así me pusieron mis papás, pero nadie dice que en realidad me llame así. ¿Acaso me preguntaron cómo me hubiera gustado llamarme? Sin duda quisiera llamarme "vbchus7e89kjjsyh" pero ese es otro tema.

La cosa es que no se está nunca seguro y menos convencido de nada, sobre todo en mi caso. En mi mundo las cosas nunca son al 100%, todo tiene muuucho margen de duda, hasta mis propias acciones, y a veces confundo lo que sueño con la realidad y no me atrevo a preguntar si eso que estoy pensando realmente sucedió.
Puede llegar a ser exasperante, un poco. Cuando Tu vida cotidiana toma ese rumbo, los que viven contigo tendrán ganas de ahorcarte porque nunca les brindas seguridad... los tienes en ascuas, como se dice. Por ejemplo cuando mi abuela me pregunta a qué hora llegaré, le respondo "No sé, quien sabe, en realidad no me atrevo a decirte una hora" a lo que ella responderá "pero dame una hora aproximada al menos" y le diré "tampoco puedo decírtelo, es demasiado azaroso, no me quiero arriesgar".
Tambien pasa cuando la gente dice cosas. Cualquier cosa, algo sobre mí por ejemplo. "Fernanda, el otro día te pusiste de cabeza sobre la mesa y bailaste breakdance" Si me dicen eso, siceramente lo pensaría. porque, ¿Por qué iban a mentir? Tal vez sea ingenua pero soy de los que creen que las cosas con sólo decirlas tienen un poco de verdad, aunque sea la mentira del bicentenario y sólo el que la está diciendo se la crea.
Por eso a veces, entre que me pregunto y me río "¿realmente lo habré hecho?", "¿será verdad lo que dicen sobre mí?" y cosas por el estilo me digo a mi misma. Y no es que tenga problemas de memoria o que ingiera sustancias que dejan inconsciente (que esa posibilidad quede descartada) Es que soy un poco despistadilla... y todo es tan relativo que me tienta.

lunes, 11 de octubre de 2010

Y qué opina el señor cartero.

Casi digo tu nombre sin decirlo,

casi lo digo indiferente y me salvo.

Pero no consigo hacerlo, aunque lo intente.

Aunque intente no lo consigo.

Mucho antes de esto, tú sabías.

Sabías desde antes y callaste

y te reíste y nos reímos, me reí un poco también

Reí hasta que supe que sabías,

que sabías desde mucho antes

y no me lo contaste.

sábado, 9 de octubre de 2010

Esto es mío y de nadie más.

¿Por qué buscamos tanto pertenecer? ¿En algún momento miramos para adentro?
Maldito sentido de pertenencia. Es un vicio, me he dado cuenta.
Si nuestro paso debería ser transitorio, no tener muchas riquezas ni muchos cariños aquí en la tierra! Pero no. Tooooooodo lo contrario jóvenes. (ya me puse a hablar como vieja)

Oigan si la cosa es seria, preocupante! Jamás pensé llegar a este punto de necesitar tanto pertenecer o poseer. Hoy quiero pertenecer más que nunca a mi familia y a la ciudad en que nací, por ejemplo. Quiero estar allá con los 'míos' (se van fijando, en ese afán de posesividad?)

Esta sensación es bastante rara. Es como el cuento del perrito en la perrera que dice: 'llévame a mí'!! Uno quiere pertenecer y quiere que algo o alguien le pertenezca. Es como un cable a tierra. Por eso creo que ahora entiendo a mis tres hermanos con su afán de dormir con el osito de peluche al lado. Eso siempre me ha hecho reír mucho porque no son necesariamente "bebés" para tener esas costumbres ja ja já. Ahora que lo pienso soy la única que no pesca a su peluche, que duerme sola en su cama.

A veces me asusta no ser de nadie y sentir que nada me pertenece, pero una cosa me alivia al pensarlo: Eso hace las cosas mucho menos difíciles.

martes, 5 de octubre de 2010

La cuna

"Aléjense de mi útero" les advirtió a los doctores.
Sabía que tenían que operarla, que el tumor era maligno,
pero una cosa muy distinta era aceptar que le sacaran el útero.
Le dijo a la enfermera que la cuidaba, que la mujer no es mujer si le quitan ese espacio en su interior en forma de cuna. Que no podían operarla. Que tenía que irse.
Diez días después, el tumor hizo metástasis y ella murió en su casa.

Puede que esa mujer sea un poco yo. Todo es porque tuve un sueño en el que unos doctores intentaban sacarme el útero, y yo prefería morirme. Nunca me había planteado la posibilidad de esa tragedia, y tampoco sé porqué tengo esos sueños tan extraños últimamente.

lunes, 4 de octubre de 2010

Los ratones

Ah! maldición los despertaste. Hiciste mucho ruido al acostarte m'ijito. Ahora están corriendo por el techo ¿los oyes?, ya no podremos dormir.

Tápate los oídos con la almohada si no quieres escuchar, a mí me da lo mismo, ya me acostumbré. Si quieres rezamos un rato y así tal vez se cansen luego de galopar y corretear de un lado para el otro. Suena como si se estuvieran matando... Aquí tienes un palo de escoba, golpea un poco el techo aquí y allá a ver si se asustan y se callan, porque comienzo a pensar que va a caerse el techo sobre nosotros.