lunes, 28 de marzo de 2011

Maíz surrealista

No es cualquier cosa pasar por el túnel. Dicen que hay que estar preparado, por si le entra la desesperación a uno, y se vuelve loco, convirtiéndose en maíz, y quedándose ahí para siempre. También dicen que ahí habita la araña más venenosa del mundo, y que si por casualidad uno llega a rozarla, morirá en el tiempo en que me demoro yo en escribir la palabra muerte. Muchas cosas se dicen y se relatan del túnel de maíz, como se dicen muchas cosas sobre muchas cosas...

Yo estuve ahí el otro día. Te acuerdas? Tú también estabas. Hacía un calor del infierno y los mosquitos no nos dejaron ni un segundo. Tu cuerpo transpirado iba tras el mío, estabas más asustado que yo. Cuando entramos, no sabíamos si saldríamos pronto o al otro día, eso no nos preocupaba. Sólo intentábamos caminar recto por aquel túnel tan angosto, y yo, trataba torpemente de hacer a un lado las altas plantas con mis manos, que ya no sentía, manos dormidas que no servían para nada.

Al mirar adelante me mareé y sólo vi una línea. Tu apuntabas hacia allá, a lo lejos donde el maíz se perdía y parecía no terminar. Mazorca tras mazorca, se repetían idénticas, una tras otra, como para burlarse de la razón, y la percepción. ¿Cuándo acabarían? Yo no veía ninguna luz del otro lado. Pero tú, tú me decías que mirara, que parecía una ilusión óptica, que era lo más genial del mundo, y yo me reía. Era cierto, no había opción de ver otra cosa, ninguna otra cosa. Tal vez estuvimos un minuto o dos… o tal vez una hora, o dos semanas… Dicen que el tiempo se pasa volando en el túnel. Yo no sé si debimos entrar allí. Pero pienso que sí. Que entrar contigo en el maíz, me hizo feliz. Pero cuando salimos de ahí, y desperté al otro lado ya no estabas. ¿Dónde se habrá metido?, me pregunté. Y a veces he pensado que tal vez sólo te imaginé, y en realidad nunca estuviste ahí conmigo. Pero algo me dice que en realidad tú también estuviste, y que te acuerdas tan bien como yo, de ese laberinto que cruzamos un día de calor y mosquitos.






F.

quien, yo?

No es que yo sienta náuseas del mundo, para nada. Es sólo que a veces siento náuseas del mundo. Pero la gente tiende a creer eso, no sé porqué, es raro, yo sentir náuseas del mundo? no sé. lo único cierto aquí es que yo siento náuseas del mundo. Que la gente diga que yo sienta náuseas del mundo, es cosa de ellos, a mí no me importa, porque yo sólo me preocupo de tener náuseas del mundo. sí, nauseas del mundo. Eso es lo que siento, y ese es mi pasatiempo, tener náuseas del mundo, es divertido!! y marea, y da náuseas. Náuseas del mundo, claro.








F.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Que no se te escape.

Cuida bien al niño, que es tuyo pero no. Lo sabrá cuando crezca, ahora no le atormentes, no le cantes esa canción, que puede despertarse... Asegúrate de que esté calientito, cúbrele bien con la manta, tiene frío. Y no apagues la luz, recuerda que le aterra la sombra que se crea en su ventana, parece una silueta de hombre, pero es sólo una canaleta rota que crea una ilusión... sin embargo, él es solo un niño, y ya se ha inventado toda clase de historias para explicar la horrible silueta en su ventana. -hay un hombre afuera. ¿Será un ladrón… o será un santo? pero si fuese un santo no tendría un sombrero como aquél, un sombrero como el de los gánsters en las películas, ¿verdad?– te pregunta. Al parecer ha estado viendo muchas películas. ¿Qué te dije sobre eso? cuida bien al niño, no le llenes la cabeza de payasadas, que pueden dañarle el intelecto.

Parece que despertó y ahora no puede dormir. Quizá esté escuchando como llueve afuera. Yo sigo pensando que este niño se ha puesto melancólico, bucólico, como paisaje de invierno, solitario. No había visto a otros niños de su edad comportarse así. Tal vez deberías sacarlo más seguido a pasear, comprarle autitos, pelotas, en fin cosas de hombrecitos. Quizá así se le quita lo silencioso, quizá así olvida la manía de ponerse a escuchar la lluvia como si ésta le contara secretos, o de poner el oído en el suelo para escuchar quién sabe qué tonterías.

El niño llora, ¿por qué no vas a verlo? Debe ser porque ha cesado la lluvia. ¡Vaya si es consentido! Pero no podemos hacer que vuelva a llover, no somos Dios. Anda a verlo, tal vez deberías cerrarle la cortina para que no siga viendo la silueta de aquel hombre imaginario formada por la canaleta rota que suena por la lluvia… la lluvia que a él le gusta tanto oír. Pero descuida, que no debe estar llorando por nada importante, tonterías de niñez, insisto en que está viendo demasiadas películas, que para él todo es un drama, que él todo lo escandaliza… ¡Aaay estos niños! no sabemos lo que quieren, ni lo que se imaginan en esas cabecitas locas. Al paso que va, olvidará como se llama y te perderá el respeto. No le fomentes la locura, ni le celebres cada invento. Tú solo cuida al niño, que es tuyo pero no. Que ya casi crece -y ya no es tuyo- que se asusta por las sombras, y que insiste en imaginarse toda clase de cosas.


(Le he pedido al niño que dibuje la silueta, y ha quedado así)







F.

domingo, 6 de marzo de 2011

una frase que encontré

En cada profundidad, se abre otra más profunda, que amenaza con devorarme..



Sé lo que significa. A veces mi cabeza baila en profundidades, en caos, en i-realidades paralelas... Me voy inventando mundos nuevos cada cierto tempo, y cada cierto tiempo, cuando alguien me pellizca vuelvo a despertar a lo próximo, a lo real e inevitable (cosa que a veces me angustia por completo). Y me pongo a pensar... quisiera volver a aquellos mundos en que andaba cuando anoté esta frase -cuyo autor desconozco- que ayer encontré escrita en una hoja cualquiera, nadando entre la sorprendente cantidad de cachureos que soy capaz de acumular.





F.