jueves, 28 de abril de 2011

pla pla plasticina

Está claro que en alguna otra parte del mundo, estamos hechos de plasticina. Antes el tema era tabú, y nadie hablaba de ello, pero ahora está mas que comprobado.
Realmente existe una versión de nosotros idéntica a la original, pero de plasticina, y eso a estas alturas es indiscutible. Igual verse a sí mismo hecho de plasticina es divertido porque nuestros clones plasticinosos son más flexibles y delicados, y su cerebro también es de plasticina. Ahora, tampoco es tan diferente del nuestro, porque aunque sea de carne, (si alguien ha tenido la oportunidad de tocarlo y además observar la poca inteligencia de algunos individuos) podría pensar que también está hecho de plasticina...
Yo no sé que tanta diferencia hay entre la carne, y la plasticina.
Tampoco tengo muy claro qué versión soy de mi misma; si la de carne, o la de plasticina, pero no creo que importe mucho, mientras sea buena, educada y cortés.

Mejorar, sabotaje, mujer, satanás.

Mejorar, sabotaje, mujer, satanás.

Fueron las palabras que más se repitieron cuando hice el ejercicio (que ya vengo haciendo hace tiempo) de anotar sin pensar, las palabras que se me vienen a la mente. Al ver las palabras, supuse que era obvio lo que mi subconsciente quería decirme, porque él y yo, nos llevamos muy bien:

"Aunque satanás se empeñe en sabotearme, sus planes no conseguirán mejorar. Lo he descubierto, y aunque se disfrace de mujer, no va a engañarme, sigue siendo él, su olor a azufre es inconfundible."

Acaso podría ser más obvio lo que había querido decirme mi subconsciente? Ahora voy a tener más cuidado con las mujeres que huelan a azufre... cualquiera podría ser satanás disfrazado.


F

domingo, 17 de abril de 2011

El cacho de tener un elefante.

Hay tantas ocasiones en que quisiera que mi elefante perfumado dejara de existir. Me obligan a actuar para él, en un circo al que yo no quiero ir, porque de un tiempo a esta parte, odio los circos y a todos sus personajes grotescos. Además, hay veces en que realmente amanezco cansada y sin ganas de actuar. Por eso he pensado seriamente en que un día voy a darle veneno al elefante. Va a costar matarlo porque es inmenso, pero en realidad yo no quiero matarlo, sólo quiero dejarlo atontado. Mal que mal es la principal atracción de un circo pobre como éste. Y es tan perfumado que llega a dar pena querer acabar con él. ¡Pero es tan demandante de atención y tan ambicioso! yo al menos ya no lo quiero para mí. Sólo me hace engañarme y querer ser quien no soy en realidad. Yo no soy bailarina de circo, ni domadora de elefantes, soy sólo la encargada de alimentarlo y limpiarle sus necesidades, por lo mismo ya no quiero tener a un animal tan grande como ése a cargo mío. ¿Qué voy a hacer cuando se le acabe la comida? alimentar a tan enorme bestia no es fácil, y menos va a serlo en tiempos de recesión. Perdonando la expresión: ¡Es un cacho! prefiero que me hagan cuidar a un animal más chiquitito.

(*) En la antigua china, al ego, se le denominaba elefante perfumado.


F

jueves, 14 de abril de 2011

Un personaje que solía imaginar

Esta es una confesión secreta, que voy a confesar, confesoramente, a ver si alguien que sepa más sobre estas cosas, me ayuda a entender.
La cosa es que hace tiempo que no te imagino. ¿Qué será lo me está pasando?
Y no me lo explico, si antes solía imaginarte todos los días, o día por medio sentado aquí o allá y conversábamos sobre botas, neumáticos, perros, muebles, revistas biomoleculares, barcos hundidos, y maniquíes desnudos.
De cualquier cosa hablábamos y a veces yo hablaba más que tú y a veces tú más que yo, porque a los dos nos gustaba hablar mucho.
Y aunque no suelo llevarme bien con gente igual o más habladora que yo -porque a mí también me gusta mucho hablar y si alguien habla más que yo me enojo- contigo funcionaba bastante bien. Además hay que decir que eras un personaje bastante divertido, no es porque yo te haya inventado ah?, pero pocas veces había visto algo tan peculiar.
Sobre todo porque hacías caso a todo lo que en mi mente imaginaba, y entonces podía hacer que te vistieras de travesti, o astronauta y jamás reclamabas por nada. ¡Por dios cómo me entretenía! La última vez hice que bailaras para mí, como un duendecillo, y te imaginé haciendo todo tipo de movimientos ridículos sólo para reírme de ti. Y por supuesto todo lo que yo imaginaba, sucedía en la realidad. Porque tu estabas en mi imaginación, y de ahí te salías para venir a verme.

Sin embargo ya no te imagino... Y no sé si preocuparme. O ir a buscarte. Porque, ¿a dónde puedes haberte ido, si no es a algun rincón oscuro de mi mente? Si te escondiste ahí, lo hiciste muy bien, pues ya no te encuentro. O tal vez encontraste alguna obra de teatro donde ganaras más dinero como personaje, porque en mi mente no ganabas nada, más que ser humillado por mí y mi imaginación que sólo te utilizaba. Si fue así, no te culpo.

lunes, 11 de abril de 2011

Mis monedas y un perro

Anoche para molestarme, tiraste mi billetera a la calle y yo la fui a buscar, corriendo. Mientras me agachaba para recogerla, un par de autos que venían a gran velocidad por la autopista, tuvieron que esquivarme y por poco no me atropellan. Llegué al otro lado de la calle con la billetera en mi mano, vacía, porque al correr había desparramado todo su contenido. Cuando me puse a gritarte que eras un idiota, y que me habías hecho perder mi dinero, un perro llegó a mi lado y vomitó todas las monedas sobre mi mano.

jueves, 7 de abril de 2011

Sanatorio mental 1234 lalalá

Ya, siéntate. Qué bueno que hayas venido a conversar conmigo porque hace tiempo que no venías Fernanda, ¿mucho trabajo en la U? me imagino. siéntate ahí, y acerca la silla.

Hay algo que tengo que decirte, que descubrimos en los exámenes de personalidad que te hicimos. Tal vez esto no te guste, pero escucha con atención, ok?

Descubrimos que no estás loca, al contrario, tienes la cabeza bien lúcida para darte cuenta de un millón de cosas. En segundo lugar, tengo que decirte que encontramos patrones enfermizos en tu conducta, un poco obsesivos, diría yo. Para ser exacta, tienes tendencia a esperar demasiado de todo el mundo. Y con qué facilidad te das a ellos. Esa estupidez la cometes con tus parejas, tus amigos, tus seres queridos. No esperes más de ellos, de lo que han demostrado que pueden dar. ¡La gente no cambia, querida! Qué ilusa puedes ser, y cuán fácil puedes creer, cuando te ofrecen la tierra y el cielo...
Lo otro que descubrimos, con un grupo de colegas del sanatorio mental, es que no tienes perspectiva de futuro. Muchos pacientes vienen aquí por el mismo problema: piensan que probablemente no van a vivir hasta viejos, por lo tanto tienen que aprovechar las oportunidades más inmediatas, y si las dejan pasar... no volverán a tenerlas. Pues estás tan equivocada, pero tan equivocada, que eso ha sido la base de tus problemas. Espera, espera un poco por lo bueno, no te apures, que aunque la vida puede parecerte corta, tal vez vivas más de lo que piensas, y después no tengas cómo remediar las "cagadas" que te mandaste, pensando sólo en lo inmediato.

Concluyendo, puedo decirte que estás en condiciones para ser internada en el sanatorio "Viva la vida loca" lo antes posible. Te esperamos mañana en esta oficina, con tus pertenencias. Ah, toma tus papás tienen que firmar esta autorización.


CHAO.

miércoles, 6 de abril de 2011

ZZZZZZ...

El otro día no más, me vine a dar cuenta de que soy sonámbula. ¡Eso explicaría muuuuchas cosas! tantos errores que uno comete cuando está dormido, que yo antes relacionaba más con un secuestro de marcianos que con un simple trastorno del sueño. De haber tenido previo conocimiento de la patología que padecía, ¡habría tomado precauciones como lo hace todo el mundo! amarrándome de pies y manos a mi cama para no escaparme, por ejemplo, para que no se me ocurra cometer ningún tipo de fechorías mientras debería estar durmiendo a pata suelta.

La cosa es que me contaron que el otro día (no hace mucho al parecer) corrí dormida semidesnuda por la calle, e incluso salí de la ciudad. Esa noche dicen, pasé por varios pueblos, y mucha gente me vió correr como alma que se la lleva el viento, y tanto fue su impresión que inventaron toda clase de mitologías campestres. Parece que corrí tanto, que mucha gente me confundió con Forest Gump, y se unió a mi carrera, formándose una maratón que hasta salió en la tele, pero eso no lo supe si no hasta hoy.

Y ahora que la señora que tiene el puesto de frutas, me lo contó todo, tengo miedo que me vuelva a pasar. ¿Qué tal si se me ocurre nadar dormida, y me ahogo en mis sueños y resulta que no era en mi sueños sino que en la vida real? o ¿Qué tal si me pongo a conversar con alguien y le digo pesadeces que en realidad pienso, pero que estando despierta jamás le diría? ¿Y qué tal si estando sonámbula me pongo a escribir mentiras como ésta en el blog?

OH!! mejor me vuelvo a la cama.







F.

domingo, 3 de abril de 2011

paloma freak

X: Habías notado que casi todas las palomas de esta ciudad, tienen los dedos mutilados?

X: Mmm la verdad es que no.

Y: Tal vez ya sea hora de que empieces a fijarte.

X: ¿Por qué lo dices? No encuentro que sea importante fijarse en cosas como esas.

Y: ¿Que no es importante? Yo creo que sí es un tema trascendental.

X: Para nada. Las patas de las palomas no tienen ni tendrán ninguna relevancia en mi vida. Prefiero no perder el tiempo fijándome en estupideces.

Y: No son estupideces... son cosas en las que perfectamente uno puede fijarse y quedarse pensando, te molestaría encender mi cigarro?

X: Por supuesto, no hay problema (lo enciende). ¿Te había dicho que hablas las cosas más extrañas que he escuchado?

Y: No, no me lo habías dicho. Tú también eres extraño. No sé cómo no te llaman la atención las palomas, ¡si está tan lleno en todos lados!

X: Estás completamente loca.

Y: No estoy loca, sólo soy una paloma. (se va volando)



(Fin del primer acto)

sábado, 2 de abril de 2011

A pata pelá

Soñé que estaba en una caleta de pescadores, a la orilla del mar, en plena noche. Probablemente había gente conmigo ahí, pero no los recuerdo. Teníamos el auto estacionado a un par de cuadras y yo sólo quería irme, porque el lugar me causaba un gran asco, un asco exagerado. Los olores eran fétidos, había olor a pescado muerto y a caca de gato, el lugar además era muy sucio y estaba plagado de gatos flacuchos y hambrientos que lloraban. Los gatos me daban asco, todo me daba asco!! y es raro, porque los gatos me gustan... pero bueno. La cosa es que ese no era el único problema, el gran problema es que se me había olvidado ponerme zapatos! sí andaba a pata pelada. Entonces, iba pisando miles de pescados muertos, caca de gaviotas, huesos... que dejaban mis pies negros y sucios. Era un martirio, caminar por esa caleta a pie pelado y de noche, pero no tenía zapatos que ponerme, y las personas con quien andaba no querían irse.

menos mal era un sueño, y tengo mis patitas limpias y olorositas, amén.