De noche ella se pone a desandar caminos. Le gusta recorrer
senderos extraños y oscuros en el bosque, llenos de peligros que la asechan y
podrían matarla, para luego caminarlos en reversa. No quiere conservar ese
camino en sus recuerdos, es demasiado extenuante. Por eso ella camina hacia
atrás. Es un secreto indio que le enseñó su abuela. A veces se tropieza, porque
no puede ver lo que hay a sus espaldas, a menos que se voltee pero a ella no le
gusta hacer trampas. Es mejor así. Rebobinar el camino andado la hace sentirse
menos estúpida. Cada vez menos.