miércoles, 24 de abril de 2013

Ultimo capítulo

Según usted yo le debo muchas cosas que sacrificó por mí. Sus amigos, su dinero y hasta otras cosas que no puedo decir aquí, y que jamás pensé que alguien me cobraría. Pero sabe, lo pensé bien y usted a mí no me debe nada. No malgasté mi tiempo, ni mi amor, ni mis energías en usted. Fue algo voluntario, que hice por que quise así que no se moleste en devolverlo, porque no fue ningún sacrificio, aunque sí todo contrato de ese tipo deja algunos daños emocionales, al menos por un tiempo. Tampoco guardo rencor. Ese rencor inevitable que se siente cuando las cosas terminaran muy mal. Pensé que no lo diría, pero guardo respeto y silencio por esto que sí, a pesar de lo que dije, significó algo para mí. Olvídese de depositarme porque usted no me debe nada. Quédese con el cambio porque yo invito.

Tamos Listeylor




Sabís qué más,  el lunes empiezo.
Y también el lunes termino.
Un día me va a durar la dieta.

domingo, 7 de abril de 2013

Los sábados

Nos cuesta ponernos de acuerdo para querernos. Sólo tenemos tres días a la semana. ¡tres días a la semana! un tiempo tan corto, pero suficiente igual. Para empezar odiándote el viernes, cuando llegas todo enérgico y saltarín con tus maletas,  cantando cariñosón y cambiando las cosas de lugar, contando chistes y riéndote a todo pulmón, así llegas. Eres como esos niños felices que salen de vacaciones, y yo como un animal en su madriguera, me pongo mañosa. Te odio un poco por cambiar mi esquema.
Cuando llega el sábado ya empiezo a acostumbrarme y a recordar cuánto te eché de menos el lunes, martes, miércoles y jueves y cuánto te quiero. El sábado es como ese día intermedio donde los dos nos ponemos de acuerdo. tú ya no estás tan enérgico y yo ya empecé a quererte de nuevo. empatamos, te digo. Y el domingo, bueno el domingo es pan comido. Resulta que ahi tu amor ya va en descenso pero yo recién he vuelto a enamorarme. Me baja el amor y ahora soy yo la niña chica llendo por primera vez a Fantasilandia, la que se te cuelga al cuello, la que te hablar hasta por los codos y te dice "tu ya no me querí". Pero tú ya andas indiferente, pensando en el puerto que te espera, en cuánto te costará el pasaje, y en la música que quieres hacer en tu "home studio", sí, así le dices porque te juras gringo.
Bueno ¿cómo lo hacemos entonces? te pregunto. Veámonos los puros sábados, ese es el día en que los dos coincidimos, dices tú con una sonrisa y te sale tan natural como quien habla del clima o de lo rica que está la vecina. Ya pos. nos vemos el próximo sábado entonces. me das un beso. Y ahí se lleva de nuevo la micro al flaco despistado.

martes, 2 de abril de 2013

Cartita al viento

Me obligué a escribirte para no olvidarte, para no dejar que te fueras realmente.
Y aunque estas palabras, inútiles ante todo, no me devuelvan ni el eco de tus pasos
o no puedan traerte de nuevo desde el fondo, yo conservo aun la minima esperanza
de recrearte en mis recuerdos, de invitarte a mis mañanas frías y bucólicas,
o sentarme contigo una tarde de verano a fumarnos un cigarrito, como viejas amigas.
Siempre guardo una esperanza aunque sea ínfima, de que estas letras se vayan por un tranvía
y te lleguen justito para la hora de almuerzo, estés donde estés.
Y si no te llegaran, por lo menos me dan a mí un poquitito de consuelo.