miércoles, 20 de octubre de 2010

La prófuga.

Debo confesar que soy una prófuga. Que me he puesto muy huidiza últimamente. Que huyo de mí y de mi realidad porque no comprendo ni lo uno ni lo otro. Debe ser porque cuando mis emociones más profundas se manifiestan -y no es que lo hagan tan seguido- me cuesta trabajo manejarlas. Huyo no por miedo, no por sensatez, no por timidez ni porque tenga complejo de villana. Huyo porque es un respiro, a tanta confusión e idea loca que me nace en la cabeza.

La última vez que fui a mi casa, prometí no volver en mucho tiempo. Estaba huyendo. Ahora lo pienso y creo que ha sido la determinación más idiota y masoquista que podría tomar. ¡dejar de ir para no sufrir! qué idiota. Cuando pensé en eso sólo huía. Está bien, nadie discute que cada regreso a santiago está cargado de melancolía, incluso me vengo escuchando en mi mp4 las canciones más tristes que encuentre, y eso que casi toda mi música es triste... Además es innegable que cada vez que tengo que dejar mi casa para volver a santiago hay un desprendimiento nuevo. cada vez. Todo eso es cierto, uno no se va así como así de su casa. Cada viaje es un proceso, pero eso no implica que me esté poniendo tan cobarde. No implica que tenga que huir. ¿huir de esto? Es la realidad que tengo, de hecho yo misma elegí estudiar esta carrera y en esta ciudad. Y fue por algo. Pero eso se me olvida a veces. Ahora me acordé y no pienso seguir huyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

hola, Soy Gallina. Si quieres opinar sobre esta entrada, haz tu comentario aquí :)