lunes, 29 de noviembre de 2010

Los pájaros que ya no escucho.

Jamás llegaré a descubrir tal misterio. Nunca sabré a ciencia cierta, porqué esta calurosa tarde en Santiago lo recordé. Recordé de repente el canto chillón que los Treiles hacían al planear a ras de suelo. Recordé que podíamos pasar tardes enteras jugando a molestarlos, corriendo a pies descalzos sobre ese gran campo de césped, de césped perfecto y nos acercábamos a sus nidos, para que las aves nos atacaran. Era divertido. Bajaban en picada indignadas protegiendo a sus polluelos -cuánta adrenalina sentíamos- venían hacia nosotros con sus ojos rojos y esas púas que tienen en la parte superior de las alas... se acercaban tanto a nosotros que casi casi! pero no, todo era mentira, todo era para asustarnos, pues jamás nos tocaron, sólo nos rozaban y volvían a subir para después bajar en picada de nuevo.
Yo no sé que me hizo recordar el canto chillón de aquellos pájaros, ni porqué aunque lo odié por 10 largos años, hoy viene a mi cabeza y sólo quiero oírlo. -no era un bonito canto, y sin duda hay pájaros mejores- me digo, de consuelo. Pero ya se me ha metido en la cabeza y para sacarlo sólo debo escucharlo una vez... porqué ya no cantan, pájaros caprichosos!




F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

hola, Soy Gallina. Si quieres opinar sobre esta entrada, haz tu comentario aquí :)