martes, 30 de mayo de 2017

Semáforo

Cuando ya estaban demasiado lejos, la mujer lloró. Le perturbaba su presencia, la calificaba de inexplicable y absurda, pero comprendió que ya no había tiempo de bajarse de la máquina y de buscar la salvación en la fuga. Los vidrios gastados de la camioneta reflejaban hostilmente los rayos del sol en su iris, mientras el semáforo daba en amarillo... y en verde otra vez.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

hola, Soy Gallina. Si quieres opinar sobre esta entrada, haz tu comentario aquí :)