lunes, 3 de mayo de 2010

Cambia y muere

Qué voluble, qué cambiante, qué maleable, qué flexible,qué vértigo!
Y me mareo, por Dios que me mareo...
Quizá, con el frío de los días y con las hojas secas cayéndose de los árboles -que estimulan mi sensibilidad atontada por el calor- no pueda evitarlo.
Tal vez -¿Por qué no?-, la alegría y la pena choquen una contra otra, y yo muera en el vacío antes del amanecer.
Pero esto sería muy trágico y no es suficiente motivo para morir, asi que no creo que pase.

4 comentarios:

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