miércoles, 23 de julio de 2014

Los despistados

Somos esa clase de personas que sufren tanto como los depresivos, los obsesivos o los que tienen insomnio. Sufrimos pero pasamos inadvertidos, porque al final del día no le contamos a nadie y aprendemos a vivir con esto. Somos los despistados. Esos súper humanos cuyo poder es hacer de lo más insignificante, una misión imposible. Esos a los que todo nos cuesta el doble porque en nuestra cabeza hay una mezcla de caos, música y más caos: se pierden las llaves, se quema el pan en el tostador, el pase escolar desaparece, la tarjeta para sacar plata se nos queda en el cajero. Y nos reímos solos cuando día tras día tomamos el metro en dirección contraria. Nos reímos también cuando ya sentados en la micro recordamos que es domingo y que ese día no se trabaja. Sí, los despistados reímos cuando nos están mirando, pero la verdad es que lloramos en silencio por todas esas cosas perdidas en un descuido y que, desafortunadamente nunca sabremos dónde fueron a parar. Carnets de identidad, relojes, ropa interior, libros, amigos, autos, amores e incluso familiares, todos perdidos por no haber puesto más atención. Y lo que es peor, vivimos la tragedia más inevitable y ridícula –pero sistemática- de todas: la pérdida del tiempo.

2 comentarios:

  1. Coisas da vida cotidiana... Aliás, teu texto me lembrou o filme Medianeras, já viste? Lerei mais do teu blog. :)

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